Crisis de los modelos
La logística experimenta tiempos de cambio acelerados. Desde hace dos años las reglas del juego cambiaron. Las categorías (entrega, cliente, tiempo, flota y modelo) con las que el sector se manejaba necesitan una reformulación radical para poder enfrentar la situación actual.
¿Qué es un modelo?
Se llama modelo en logística a un conjunto de acciones planificadas que producen una relación exitosa entre la empresa logística y su zona de trabajo. Estas acciones están pensadas para poderse repetir. El modelo es ese mapa de acciones valiosas.
El problema actual
Un modelo se aplica a diferentes zonas que tienen una manera especial de funcionar. Por ejemplo, no se aplicará el mismo modelo a lugares tan diferentes como un campo y una metrópoli. Básicamente no se aplicará porque el cliente que vive en ellas es diferente y tiene conductas particulares.
Si pensamos en la ciudad, las empresas logísticas contaban con una serie de variables estables: los clientes pensaban sus compras teniendo en cuenta costo, tiempo y distancia. Gracias a esto se podría pensar que los productos más caros y más específicos (zonas localizadas) tardaban más tiempo en venderse porque el cliente deliberaba o se permitía un tiempo mayor. Sin embargo, a raíz de la pandemia y del nuevo modo de consumo (principalmente App´s e internet) modificó de raíz este funcionamiento: la gente cada vez está más inclinada a pagar mayores sumas y tener sus productos en menor tiempo.
Esta urgencia y aceleración de los tiempos del cliente pusieron en aprietos los modelos logísticos a la fecha. Se necesita planificar un nuevo tipo de acciones ejemplares que den respuesta a esta necesidad.
Los viejos modelos
La logística pre-pandemia funcionaba en base al modelo de ensamblaje y producción. Es decir, un cliente requería un producto y este se producía y armaba en base a ese pedido. De este modo, las empresas podían evitar los gastos fijos de la producción de stock y evitar la pérdida que generan los remanentes. Los tiempos de entrega de productos pesados (muebles, computadoras ensambladas, autos de entrega) oscilan entre dos y cuatro semanas promedio.
Este modelo quedó caduco porque la conducta del cliente cambió. La tendencia empezó a mostrar como aquellas empresas o comercios que contaban con stock disponible o tenían una mayor velocidad a la hora de ensamblar/producir y entregar vendían más. Este predominio de la disponibilidad rápida exige nuevas formas de entrega/producción

los nuevos modelos
Se empezó a alentar dos modelos producción de stock inmediato y el stockeo perenne.
Modelo de stock inmediato: las empresas o comercios que producen sus bienes empezaron a montar líneas de producción distintas. Priorizaron el stockeo de materias primas y productos semi-elaborados, además de realzar la presencia de personal. Esto les permite tener el producto realizado en el día. Esta rapidez de la producción invita a reforzar el proceso logístico y tener siempre disponibilidad de entrega inmediata.
Stockeo perenne: las empresas o comercios que no producen sus bienes empezaron a aplicar una política del sobre stockeo y el flujo de stock constante. Al mismo tiempo, estas empresas empezaron a incorporar sus propias flotas logísticas debido al incesante modelo de compra-entrega en el acto.
Conductas futuras
No sabemos a dónde nos conducirá la post-pandemia. Es posible que nuestra conducta como consumidores se vea alterada y experimente algunos cambios. En esa situación, el sector logístico se verá obligado a modificar sus estrategias y generar nuevos modelos.
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